True blood, placer adulto.

Hoy quería hacer una mención especial, esta vez no sobre cine, si no sobre una serie de televisión a la que estoy totalmente enganchada. Esta serie es "True Blood", "Sangre fresca" en la versión española.


"Bebiendo sangre embotellada"
Aunque muchos la conoceréis, deciros que la serie trata sobre una sociedad, relativamente futura, en la que perviven dos razas; la raza vampira que reclama los mismos derechos que el resto de ciudadanos, y la raza humana, que se siente amenazada por la primera. En un ambiente de exceso e incertidumbre, el pueblo de Bon Temps contempla la llegada de un vampiro a sus alrededores, que tendrá que enfrentarse a los juicios de los, un tanto paletos pueblerinos, así como a su propia naturaleza oscura y animal.
El título de la serie hace alusión al nombre de una sangre sintética elaborada por los japoneses, que ha echo posible la vida "normal" de los vampiros, que ya no están obligados a cazar humanos.


"Sookie, la heroína de la serie"
Toda la serie se desarrolla en un ambiente acorde con esta naturaleza dual: se dan situaciones que parecen comunes y cotidianas, aunque siempre esconden asuntos sangrientos, perturbadores, enfermizos e incluso en algunas ocasiones desagradables y, ¿por qué no decirlo?, algo asquerosos.
Ya sólo con la cabecera de introducción de la serie puede verse el ambiente que posteriormente se explotará a lo largo de todo el capítulo. 
He de decir que se trata de una cabecera con una calidad excelente en cuanto a montaje. 


Igual que el tema "Bad Things" de Jace Everett, el casting de todo el elenco de actores está muy bien realizado. Stephen Moyen plasma a la perfección el papel de vampiro tratando de integrarse, y la atormentada Anna Paquin está radiante haciendo de pueblerina confiada, pero valerosa cuando se trata de defender lo suyo. La química entre ellos es aplastante. Y es que son marido y mujer en la vida real, habiéndose enamorado durante el rodaje de la primera temporada (este verano se estrenará la quinta. ya  no tengo uñas que morderme). Por su parte, Rutina Wesley y el increíblemente atractivo Alexander Skarsgard están auténticos en cada capítulo. 


Las escenas de sexo son muy frecuentes, incluyendo a veces colmillos y bocados varios (Ryan Kwanten nos deleita en todos los capítulos con un cuerpo escultural y fibrado). También lo son los misterios sin resolver, de lo más intrigantes , que siempre culminan las temporadas haciendo que el espectador se enganche más que los personajes al "V" (vean la serie para saber qué es).


Allan Ball, creador de la serie, se ha basado en las novelas de Charlaine Harris.

Personalmente creo que en una época plagada de vampiritos como es la nuestra (si veo más niñas con la camiseta de crepúsculo echaré la pota), "True Blood" consigue alejarse del tópico y mostrarnos argumentos intrigantes e historias humanas (o mejor... vampiro-humanas) apasionantes. Se trata de una obra atemporal, una delicia del morbo audiovisual, aunque sin excederse en el vicio ni en el desagrado.

TRUE BLOOD: Asquerosidad en su justa medida, tensión que engancha, pavor que vicia. Placer adulto. 





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