Rumbos dispares


María, esa chica tenía cara de llamarse María, pensó. O algún otro nombre alegre y divertido, como Lucía o Natalia. Los nombres con i latina le parecían divertidos, y esa chica tenía aspecto de serlo.
Desde que había conseguido trabajo de conductor de autobuses le gustaba imaginarse aspectos de la vida de cada pasajero. Adoraba fantasear sobre cada viajero, especular sobre a dónde iban y por qué. Al principio, todo era inventado, pero a lo largo del tiempo había aprendido a fijarse en los pequeños detalles de cada uno de ellos y, con esa ínfima información, elaboraba en su mente toda una retahíla de circunstancias y contextos de lo más variopintos.
Sí, él siempre estaba a la caza de pequeños instantes...













Extracto de mi último relato, "Rumbos dispares".
Disponible en el apartado Relatos y trabajos del blog.



Comentarios