Los genios suicidas

Hace un tiempillo descubrí, o mejor dicho redescubrí a un genio guionista que nunca había considerado antes, pero al cual idolatro ahora como se merece. Estoy hablando de Owen Wilson.

A pesar de que muchos tan sólo conocen su trabajo como actor y sus papeles como rubito dicharachero (“Los padres de ella”, “De boda en boda”, “Tú, yo y ahora… Dupree”), Wilson es todo un portento literario. Conoció al excéntrico pero talentoso director de cine Wes Anderson en la Universidad de Filosofía de Texas y, desde ese momento unieron sus fuerzas creativas para componer guiones y films tales como “Bottle Rocket”, “Rushmore” y, mi favoritísima: “The Royal Tenenbaums”.
Con el guión de esta última se llevó mi corazón y todo mi respeto, y precisamente de ello quería hablaros hoy.

No se si habéis visto “The Royal Tenenbaums”. Es una película especial, la primera que mostró la estética cinematográfica de Anderson y el talento como guionista de Wilson. Para mí, una obra maestra en toda regla.


SPOILER ALERT


Una de las escenas más brillantes del film muestra a Richie Tenenbaum, uno de los protagonistas, desesperado y deprimido ante el espejo del baño. Tras varias angustiosas epifanías (que se muestran con una edición cinematográfica tan singular como maravillosa), el personaje decide quitarse la vida cortándose las venas con unas cuchillas de afeitar. Sobrevive.
Esta escena es, bajo mi punto de vista, de una preciosidad extrema. Una joya.





Lo interesante de todo esto llega ahora. El personaje suicida de Richie Tenenbaum es interpretado por Luke Wilson, hermano de Owen. Seis años después de filmar la película, Luke encontró al guionista en el baño de una de sus casas, tirado en el suelo, intentando quitarse la vida del mismo modo. Como sabéis, también sobrevive.

Sin duda, este fue un gran shock para todo el mundo. Especialmente para Luke, quien había interpretado, seis años antes y por petición de Owen, una escena que revivía de forma inversa en la vida real, una escena arrolladora. 

Muchos dicen que los genios tienen muchos problemas de tristeza. También que la gente inteligente, artista, es menos feliz porque conoce, más que el tonto al menos, el inevitable sinsentido y la cruda pena que es la existencia del ser humano. Se puede, o no estar de acuerdo, pero la reflexión que quiero compartir con vosotros es algo distinta.
A mí, lo que en realidad me fascinó de esta historia es cómo un mismo impulso, una misma creatividad, una misma idea haya podido, por un lado crear un arte tan hermoso, y por otro empujar hacia una autodestrucción total. Cómo el potencial de una persona cambia depende el modo en que lo utilices.

Ironías de la vida supongo. Una de las cosas que hizo a Owen Wilson tan especial, tan bueno en su trabajo, tan intenso y genial, fue la misma que casi acaba con él. Ironías de la vida no, es demasiado peligroso para ser gracioso.




Comentarios

  1. Preciosa la escena del suicidio. No es que abone la teoría del "genio suicida", pero hay demasiados casos de artistas al menos depresivos, una lista que comienza con Safo, que se suicida tirandose de un barranco, siendo la primera poeta de la que se tiene registro en la historia hasta Trakl, pasando por Alfonsina Storni, Kurt Cobain, Cesare Pavese, Sylvia Plath, Anne Sexton y sigue...

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    1. Muy de acuerdo contigo Alberto. Yo creo que los artistas tienden a intentar comprender el mundo y a sí mismos, y es una cruzada intelectual bastante confusa, lo que puede y suelle llevar a la tristeza.

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