"The zero theorem": Lo nuevo del director de "Brazil"

Terry Gilliam ya me había ganado con su famosísima "Brazil". A mí, y a mucha gente me aventuraría a decir. No es de extrañar pues que, cuando recibí la noticia de que había acabado un nuevo film, también de una temática bastante polémica, y además con uno de mis actores favoritos (Christoph Waltz), mis ganas y expectativas se alzaran a la velocidad de la luz.

Y es que "The zero Theorem" cuenta con varias ventajas comparada con su predecesora. Para empezar, los medios cinematográficos han mejorado mucho, y la estética extravagante y alucinatoria de Gilliam cobra vida de un modo más real, más cercano, más... creíble si puede decirse. A pesar de que soy muy fan del cutrismo hilarante de los sueños anti-alopécicos de Jonathan Pryce, el poder llevar esta estética a otro nivel hace que "The zero theorem" resulte aterradoramente más cercana.



Otro aspecto positivo, además de los obvios (la magnífica interpretación de Waltz y sus compañeros), es cómo el director ex-estadounidense mantiene vivo su mensaje braziliano. El mundo recibió en 1985 como un duro golpe de realidad este canto anti sistema que tanta razón tenía, y parece ser que, aunque la sociedad haya evolucionado, Gilliam no nos deja pensar ni por un momento que estamos libre de manipulación estatal, empresarial, capitalista... vamos, de manipulación. Sus personajes continúan actuando a merced de un poder superior que todo controla y nada deja a la justicia o a la moral. Nada ha cambiado.


Aunque no penséis que el nuevo largometraje es una mera readaptación de su visión social anterior. "The zero theorem" va más allá en cuanto a mensaje. Además de este control innato en el ser humano, Gillian toca temas como la religiosidad, el existencialismo, el amor romántico, el miedo a la vida... todo ello conducido de un modo magnífico por actores de tremenda calidad, escenarios brillantes y diálogos que te obligan a estar concentrado y a darle a la mollera.

Entre la gran oferta de películas que te dan todo mascado y no dejan nada a la imaginación, "The zero theorem" resalta como un film inteligente, complicado, cuya estética mezclada con su mensaje te invita a la reflexión.
Personalmente, creo que al cine le hacen falta largometrajes de este tipo, que Gilliam lo ha vuelto a hacer bien y que, si os animáis, vedlo, pensadlo, y hablad de ello. No os arrepentiréis.







LO MEJOR: La conversación final en tre Waltz y Damon.
LO PEOR:   Que la estética extravagante y brutal pueda distraerte 
                     del verdadero meollo.





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