El rincón de sonreir

Hola, me gustaría compartir algo con todos vosotros.
Sé que no sois muchos mis lectores. De hecho, lo comprendo. Mi trabajo requiere el cien por cien de mi tiempo y energía y, es raro que encuentre algún un recoveco en mi día para dedicarlo a escribir. Sin embargo, esto me apasiona, y, aunque muy de vez en cuando, me encanta volver a mi ordenador y pulsar las teclas hasta que surge alguna pequeña historia. Y no es una historia cualquiera la que quiero compartir hoy, es una historia real.

Soy bailarina, un trabajo bastante poco corriente. Requiere vocación y conlleva muchísimo estrés. Además, en los últimos años de mi vida me he dado cuenta de que tengo un pequeño problemilla: una fobia al tiempo no productivo. Me explicaré un poco mejor. Desde que tengo memoria, me he empujado a realizar mil cosas a la vez. Siempre he bailado y estudiado al mismo tiempo, cosa que continúo haciendo. Así, hoy en día trabajo seis horas al día, estudio mi segunda carrera universitaria online, intento escribir, leer mucho, dedicar tiempo a mi pasión cinéfila y doy clases de francés vía Skype. Además, soy adicta a organizar fiestas y regalos hechos a mano para la gente que me rodea, experimentar con la fotografía y construir detalles decorativos para mi apartamento. Tengo también, repartidos por mi casa, múltiples cuadernos en los que me gusta tomar nota de, prácticamente todo lo que me apasiona en este mundo. Sin duda, y sin dar más rodeos, me meto en líos que no debería.

Pero, continuando con mi historia, estos dos últimos años de mi vida comencé a sufrir síntomas, algo preocupantes: migrañas agudas, dolores terribles en la espalda... tenía pequeños ataques de ansiedad y me cuestionaba constantemente mi propia felicidad.
Llegó un momento en el que no pude aguantar más, y empecé a reflexionar sobre mi modo de vida. Me apasionaba todo lo que hacía, pero de alguna forma, no lo estaba haciendo de modo correcto, pues mi mente y mi cuerpo lo recibían como estrés innecesario, con dolor, con angustia. Tras doctores y consultas varias vi que no se trataba de un problema físico. Fue entonces cuando me di cuenta:



"soy yo la que está realizando todas estas acciones, me estoy tratando como trato a un ordenador o a una máquina, no me estoy preocupando lo suficiente por mí misma".


Tratarse bien a uno mismo es lo más importante en esta vida. No importa cómo quieras vivirla, siempre y cuando te conozcas a ti mismo, sepas como te sientes al respecto y actúes en consecuencia. Personalmente, desde que tuve esta pequeña revelación he estado cuidándome mucho más: me tomo mi tiempo cuando lo necesito, incluso si tenía planeado hacer algo más, intento comunicarme mucho más con mi yo interior y, lo más importante, trabajo constantemente en apoyarme a mi misma y a ser más positiva. Una vez conseguido esto, eres imparable, puedes hacer todo lo que te propongas.

Mis migrañas son menos frecuentes, mis dolores de espalda prácticamente han desaparecido, hace casi un año y medio que no tengo un ataque de ansiedad y, no me cuestiono mi felicidad. No hace falta, si te concentras, puedes hasta palparla.

Este apartado ("El rincón de sonreír"), estará dedicado a esas pequeñas cosas que me ayudan a mantener este estilo de vida, a aprovechar el momento y a concentrarme en la felicidad de ahora, no en la que vendrá más tarde. Tengo la pequeña esperanza de que pueda ayudar o aconsejar a alguno de vosotros.


COMENZÁMOS

Una de las cosas más básicas que me ayudan cuando me siento un poco de bajón es la música. Es una buenísima idea tener una lista de reproducción en tu dispositivo musical dedicado a animarte cuando lo necesites. A mí me sirve.








Comentarios