Blade Runner: 2049 CRÍTICA/REVIEW




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En 1982, "Blade Runner" se estrenaba en las salas de todo el mundo. Protagonizada por un jovencísimo Harrison Ford y dirigida por Ridley Scott, la cinta es hoy una película de culto, y está considerada una verdadera obra maestra de la ciencia ficción.

Blade Runner: La primera parte

¿Qué tiene "Blade Runner" que a todos volvió locos?

La respuesta no es nada simple, pero evidente de todas formas. El largometraje "Blade Runner" fue uno de los primeros films mainstream en tratar temas tan futuristas. Basado en una novela del género llamada "¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas?", este film fue pionero en gran cantidad de aspectos cinematográficos.
Su banda sonora combina la electrónica con la narración audiovisual, contrastando con la acción de los personajes en numerosas escenas.

La trama deja cabos sin atar, incitando al espectador a saber más sobre el universo que contempla. La escena final, cortante, es un claro ejemplo de cine de calidad: mantiene la curiosidad, pero finaliza la historia. Por último, el discurso bajo la lluvia del Nexus 6 todavía me hace llorar por su belleza simple y su poder empático. 

Pero ¿qué es lo que en realidad enamoró a espectadores de todo el globo? Yo lo tengo claro: La estética del film. "Blade Runner" creó un Los Ángeles futurista, apocalíptico pero hermoso. Las escenas, cuidadas al detalle, son dignas de estar colgadas en cualquier museo. Se trata de planos pensados, bellos, artísticos, que expresan solos. Puede que la película haya envejecido y que le falte un poco de dinamismo, pero estas tomas pasarán a la historia del cine como unas de las más bellas de la industria. 



Blade Runner 2049: La segunda parte

Desde que se anunció la secuela del clásico, los fans del universo Blade Runner no han cesado de especular. Ridley Scott, inmerso en el rodaje de "Covenant", no pudo comprometerse a dirigirla. Una cosa estaba clara: fuera quien fuera el encargado de capitanear esta nueva entrega iba a tener el listón muy, pero que muy alto.

La elección, ya en su día, me pareció muy acertada. Soy fan del trabajo de Denis Villeneuve y, además, creo que su estilo se adapta muy bien al look del film. No es el director de cine más dinámico de la actualidad, pero Blade Runner no se caracteriza especialmente por su dinamismo, sino por su carácter artístico y visual. Por esta razón, el director de "Prisoners" y "Arrival" me pareció desde el principio una muy buena opción.


Y ¿qué decir del protagonista? Ryan Gosling es simplemente perfecto para el papel principal. Rudo pero elegante, este actor posee un talento increíble para dar vida a hombres misteriosos y carcomidos por el pasado (si no me creéis mirad su trabajo con el cineasta Nicolas Winding Refn). Una mejora interpretativa con respecto a la primera entrega (me vais a perdonar, pero a Ford le faltaban aún algunos años de experiencia para convertirse en el actor que es hoy. De hecho, se nota su evolución interpretativa en su  Deckard más reciente). 
De todas formas, lo dicho, tenían el listón muy alto. De hecho, tanto el director como el actor admitían en una entrevista estar seguros del poco éxito del largometraje. La presión era total. 


Ayer, por fin, fui al cine a ver "Blade Runner: 2049". Mi veredicto, 163 minutos de belleza visual. Villeneuve ha respetado al máximo la estética de Scott, cuidando al detalle todas y cada una de las tomas. La presencia del neón, la banda sonora (de Hans Zimmer), los paisajes desolados, los artefactos vintage-futuristas (la escena de Elvis es simplemente brillante), las memorias de los replicantes, la coreografía y el estilo de las peleas... es una verdadera carta de amor a Blade Runner. El cineasta canadiense ha reproducido los elementos más característicos de este clásico de los 80 y ha añadido toques de su personalidad como artista (el ritmo del film sobre todo) y de la sociedad actual (efectos especiales, la escena de amor). Un Blade Runner renovado, de ahora.


Un Blade Runner que me hace pensar: ¿Es acaso más acertado ceder la creación de secuelas a cineastas fans de las primeras entregas?
Últimamente, las segundas partes de clásicos del cine llevadas a cabo por el mismo director han resultado ser fiascos. "T2: Trainspotting" de Danny Boyle y "Covenant", del mismo Ridley Scott son claros ejemplos*. Sin embargo, cuando son otros los realizadores que toman las riendas de sagas adoradas por el público, surgen obras audiovisuales valientes, interesantes y aclamadas por la crítica. "Blade Runner: 2049" podría ser un ejemplo, aunque también podemos mencionar la nueva saga de "El planeta de los simios".
Y es que a veces, son los enamorados de un universo cinematográfico los que de verdad comprenden de qué va el tema.  





Lo mejor
: La toma de Gosling junto a la nave en el agua y la
reflexión de "What am I to you?".
Lo peor: En ocasiones, como la primera entrega, es algo lenta.
Ver si te gusta: El cine de culto y las películas de Villeneuve.
Recomendable: Ver la primera entrega antes de ir a las salas.









*"Mad Max: Fury Road", dirigida por George Miller (autor de 
la primera) queda, por supuesto, excluida de este ejemplo. 
Es simplemente arrolladora. 



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